La principal función de un calzado de protección y seguridad es, como su nombre indica, la protección. Sin embargo, al tratarse de un zapato, zapatilla o bota que van a ser llevados todo el día, desde los fabricantes se trabaja para buscar un equilibrio entre seguridad y comodidad.
Los calzados de seguridad tienen 3 elementos claves para la protección:
La suela
La plantilla
La puntera
Hoy nos vamos a centrar en los distintos tipos de punteras para que podáis tomar decisiones de compra en función de la seguridad y la comodidad para el trabajador que tiene que suele estar un mínimo de 8 horas diarias con su calzado de protección.
Existen 5 tipos básicos de punteras de calzado de seguridad. Estos son:
Puntera de acero reforzado: estas han sido de las más utilizadas hasta ahora y, por tanto, las más conocidas. El acero ofrece una gran protección frente a golpes, perforaciones y cortes. Suele tener un precio más económico.
Puntera de aluminio: estas también han sido de las más utilizadas tradicionalmente por lo que son, junto a las de acero las más conocidas. El aluminio es un metal muy resistente y, al mismo tiempo ligero, por tanto, son más cómodas para los trabajadores. No se oxida y además consiguen aislamiento térmico. No obstante, debemos considerar que no pasará por arcos de detectores de metales en zonas metal free Este tipo de punteras tienen un espesor variable para adaptarse mejor a cada zapato.
Punteras de material termoplástico o Composite: están diseñadas para proteger contra la caída de objetos. La puntera está compuesta, generalmente, de una mezcla de plásticos y cauchos duros para proteger hasta 200 julios de presión. Estas punteras recuperan su forma tras el impacto. Por la composición de los materiales, son ligeras y cómodas. Ofrecen aislamiento térmico, no se oxidan y están libres de metales.
Punteras de fibra de vidrio: las punteras no magnéticas en resina y fibra de vidrio ofrece resistencia y son ligeras, aunque es extremadamente rígida. Este tipo de punteras se suelen usar en calzado no metálico por sus características técnicas y memoria elástica. Además, son aislantes del frío y del calor.
Punteras de fibra de carbono: Estas punteras son no magnéticas y están compuestas en resina y fibra de carbono. Como características principales destacan por su resistencia y porque son especialmente ligeras, siendo actualmente la más ligera existente en el mercado.
Las punteras metálicas no deben ser usadas para según que tipos de trabajos, especialmente los relacionados con la electricidad o con las altas temperaturas por su mayor facilidad (en general) para calentarse. Las punteras de carbono o de fibra de vidrio se caracterizan por su no magnetismo (usables en trabajos con riesgos eléctricos), su aislamiento ante las temperaturas y su memoria elástica. Las de aluminio son tan resistentes como las de acero a los impactos pero son mucho más ligeras y cómodas, no se corroen o es mínimo y no acumulan calor.
En cuanto a las punteras no metálicas, son las más cómodas, flexibles y ligeras. Son metal free por tanto ideales para entornos con arcos de metales y trabajos con riesgos eléctricos, puesto que son antiestáticas y no magnéticas. Aíslan perfectamente del frío y el calor y no presentan riesgos de oxidación. Recuperan su forma tras el impacto lo que facilita que se pueda sacar el pie.
La elección entre unos tipos u otros va a depender esencialmente del tipo de trabajo y los riesgos a los que se esté expuesto. Todas tienen sus ventajas e inconvenientes y lo que tendremos que evaluar es la idoneidad o la mayor adecuación para el trabajo que tendremos que desempeñar y la que mejor nos puede proteger frente a los riesgos habituales de trabajo y que nos desarrollar el mismo de la mejor forma.